Es un peligro, aun para la gente que ama a Cristo, que lleguemos a estar tan involucrados haciendo cosas para El que comencemos a descuidar el oirlo y recordar lo que ha hecho por nosotros. Nunca debemos permitir que nuestro servicio a Cristo sobrepase nuestra adoracion a El. El momento en que nuestras obras llegan a ser mas importantes que nuestra adoracion, significa que hemos cambiado de lugar las verdaderas prioridades. En el momento en que se alcen las buenas acciones por sobre la doctrina y la verdadera adoracion, tambien se estaran arruinando las obras. Hacer buenas obras por las obras tiende a exaltar el ego y a despreciar la obra de Dios. Buenas acciones, caridad humana y acciones de bondad son expresiones cruciales de una fe real, pero deben fluir de una verdadera confianza en la redencion de Dios y su justicia. Despues de todo, nuestras propias buenas obras nunca podran ser un medio para ganarnos el favor de Dios; por eso es que en las Escrituras el foco de la fe esta siempre sobre lo que Dios ha hecho por nosotros, y nunca sobre lo que nosotros hemos hecho por El (Romanos 10.2-4).