Site uses cookies to provide basic functionality.

OK
[...] Pero luego el silencio cubrio las cabezas, como una manta pesada. Todos volvieron hacia Neville unos rostros palidos. Neville los observo serenamente. Y de pronto comprendio. Yo soy el anormal ahora. La normalidad es un concepto mayoritario. Norma de muchos, no de un solo hombre. Y comprendio, tambien, la expresion de aquellos rostros: angustia, miedo, horror. Tenian miedo, si. Era para ellos un monstruo terrible y desconocido, una malignidad mas espantosa aun que la plaga. Un espectro invisible que habia dejado como prueba de su existencia los cadaveres desangrados de sus seres queridos. Y Neville los comprendio, y dejo de odiarlos.