Con la temeridad atroz con que Jose Arcadio Buendia atravezo la sierra para fundar Macondo, con el orgullo ciego con que el coronel Aureliano Buendia promovio sus guerras inutiles, con la tenacidad insensata con que Ursula aseguro la supervivencia de la estirpe, asi busco Aureliano Segundo a Fernanda, sin un solo instante de desaliento.