Estamos lejos de ser contrarios a la introduccion del cristianismo en la India [...] pero nada podria ser mas insensato que un intento imprudente o desatinado que introducirlo por medios que podrian irritar y suscitar sus prejuicios religiosos [...] Es deseable que el conocimiento del cristianismo sea impartido al nativo, pero los medios que se han de emplear con ese fin deberan ser tales que sean libres de cualquier peligro o alarma politica [...] Nuestro poder superior nos impone la necesidad de proteger al nativo en la posesion libre y tranquila de sus opiniones religiosas.