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-No siempre existe un noble proposito. A menudo, hay una razon, la necesidad de salvar a alguien o algo: tu amigo, tu amante, un inocente que no merece resultar herido. A veces es una razon puramente egoista. Uno puede luchar por fortalecer su cuerpo, por su buen nombre o por su cordura. A veces, es solo un trabajo, pero decidir luchar y hacerlo son dos cosas bien distintas.