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Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incredulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia estan corrompidas. TITO 1.15 El pecado es un tirano cruel. Infecta el alma, corrompe la mente, profana la conciencia, contamina los afectos y envenena la voluntad. Es el cancer destructor de la vida y condenador del alma que supura y crece en cada corazon humano no redimido como una gangrena incurable. Pero los incredulos no solo estan infestados por el pecado; estan esclavizados por el. Jesus dijo a sus oyentes en Juan 8.34: <>. Tambien el apostol Pedro describio a los falsos maestros como <> (2 Pedro 2.19). Todo ser humano hasta el momento de su redencion esta bajo el dominio de la oscuridad y el pecado. No sorprende, pues, que la nocion misma de tal esclavitud absoluta (una doctrina comunmente conocida como <> o <>) repugne al corazon caido. Es mas, ninguna doctrina es mas odiada por los incredulos que esta y hasta algunos cristianos la encuentran tan ofensiva que la atacan con pasion. Aunque la depravacion total es una de las doctrinas de la gracia mas atacadas y minimizadas, es la mas distintiva porque es la base de un entendimiento correcto del evangelio (en el que Dios lo inicia todo y recibe toda la gloria). La Escritura es clara: a menos que el Espiritu de Dios de vida espiritual, todos los pecadores estan completamente incapacitados para cambiar su naturaleza caida o para rescatarse ellos mismos del pecado y del juicio divino. Contraste esto con cualquier otro sistema religioso en los que se les dice a las personas que a traves de sus propios esfuerzos pueden lograr algunos niveles de justicia, contribuyendo consiguientemente a su salvacion. Nada podria estar mas lejos de la verdad.