Mi abuela tenia una teoria muy interesante; decia que todos nacemos con una caja de fosforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxigeno y una vela. En este caso el oxigeno, por ejemplo, vendria del aliento de la persona que amamos; la vela podria ser cualquier tipo de comida, musica, caricia, palabra o sonido que engendre la explosion que encendera uno de los fosforos. Por un momento, nos deslumbra una emocion intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciendose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosion a revivirla. Cada persona tiene que descubrir que disparara esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustion que ocurre cuando uno de los fosforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo que cosa inicia esas explosiones, la caja de fosforos se humedece y ni uno solo de los fosforos se encendera nunca.