Por mas harapos y jirones que vista, en mi interior puedo seguir siendo una princesa. Maria Antonieta en prision, vestida de negro e insultada por su pueblo, tuvo mas altura que cuando todo iba bien en la corte de Versalles --seguia cavilando Sara --. Es facil parecer una princesa vistiendo ropajes de pano dorado, pero conducirse como tal sin que nadie lo sospeche, eso si que es un gran triunfo