A menudo, solo estamos dispuestos a cambiar cuando tocamos fondo, cuando llegamos al final de un curso de accion y contemplamos la derrota de un sistema de creencias futil. La luz no puede entrar en una caja cerrada; el lado positivo de una catastrofe puede ser que nos abramos a un nivel superior de conciencia. Si vemos la vida como un maestro, se convierte exactamente en eso. Pero, a menos que seamos humildes y transformemos las lecciones en puertas hacia el crecimiento y el desarrollo, las dolorosas lecciones de vida que nos damos a nosotros mismos se desperdician.