Duplico sus cuidados, la friccionaba con aceite de almendras dulces para evitar las estrias en la piel del vientre, le ponia miel de abejas en los pezones para que no se le agrietaran, le daba de comer cascara molida de huevo para que tuviera buena leche y no se le picaran los dientes y le rezaba oraciones de Belen para el buen parto.