Me acerque a pedirle al encargado que me diera la nueva llave, me arrastre hasta mi apartamento y estudie mi nueva cerradura. Grande, metalica y brillante. No tenia ni un rasguno. Incluso la llave tenia grabada una muesca extrana, que le proporcionaba un sistema a prueba de ladrones. Chupate esa, Su Majestad. Abri la puerta, entre y la cerre de nuevo. Me descalce, estremeciendome por el dolor en el estomago. Iba a tardar mucho tiempo en curarse por completo, pero al menos ya habia dejado de sangrar. Me habia relajado. Manana ya me preocuparia de Hugh d'Ambray, Andrea y Roland, pero de momento me sentia muy contenta. Ah, mi casa. Mi hogar, mis esencias, mi querida alfombra bajo mis pies, mi cocina, mi Curran sentado en la silla de la cocina... !Espera un momento! -!Tu! -Mire la cerradura, lo mire a el. Era demasiado bueno para la puerta a prueba de ladrones. Con mucha parsimonia, acabo de escribir algo en un trozo de papel, se levanto y se dirigio hacia mi. Mi corazon se desboco. Unas pequenas chispas doradas danzaban en sus ojos grises. Me tendio el trozo de papel y sonrio. -No puedo quedarme. Me quede mirandolo como una idiota. Inhalo mi aroma, abrio la puerta y se marcho. Entonces mire el papel. Voy a estar ocupado las proximas ocho semanas, asi que lo dejamos para el quince de noviembre. MENU Quiero un filete de cordero o de venado. Patatas asadas con mantequilla dulce. Mazorcas de maiz. Panecillos. Y una tarta de manzana, como la que preparaste la otra vez. Me gusto muchisimo. La quiero con helado. Me debes una cena desnuda, pero no soy un completo animal, por lo que puedes llevar sujetador y braguitas si lo deseas. Las azules con lazo me encantan. Curran Senor de las Bestias de Atlanta