Pero una conviccion mas profunda, aunque tacita, lo inclinaba a pensar que el tiempo de los seres humanos no vuelve nunca para atras, que nada vuelve a ser lo que era antes y que cuando los sentimientos se deterioran o se transforman no hay milagro que los pueda restaurar en su calidad inicial . . . Pero su esperanza luchaba, pues, como pensaba Bruno, la esperanza no deja de luchar aunque la lucha este condenada al fracaso, ya que, precisamente, la esperanza solo surge en medio del infortunio y a causa de el.