El analfabetismo y la pobreza son discapacidades, como tambien lo son la imbecilidad, la obesidad y la apatia. La fe es una discapacidad en la medida en que restringe el interes personal; el ateismo es una discapacidad, puesto que es una coraza contra la esperanza. Incluso el poder puede considerarse una discapacidad por el aislamiento al que condena a quienes lo ejercen.