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"Cuando, despues de recuperarse, mi amigo fue a la universidad local, descubrio una vocacion que movilizo su talento creativo, la direccion cinematografica. Siguiendo esa llamada, se matriculo en una escuela de cine y filmo, a modo de proyecto de fin de carrera, una pelicula que llamo la atencion de un director de Hollywood, que le contrato como ayudante y le propuso que trabajase con el en un proyecto de una pelicula de bajo presupuesto. Ese trabajo, a su vez, le granjeo un contrato como director y productor de otra pequena pelicula basada, esta vez, en un guion suyo, una pelicula que el estudio casi destruye antes de su estreno, pero que sorprendentemente resulto mucho mejor de lo que nadie esperaba. Pero los cortes, supresiones y otros cambios arbitrarios realizados durante el montaje por la direccion del estudio fueron, para mi amigo -que valoraba mucho el control creativo de su obra-, una amarga leccion. Por eso, cuando se dispuso a filmar otra pelicula basada en un guion suyo y recibio la propuesta de un gran estudio de Hollywood (que, por aquel entonces, dictaba la pauta) de financiar el proyecto con la condicion de poder cambiarlo antes del estreno, mi amigo acabo rechazando la oferta. En lugar de "vender" su control creativo, mi amigo invirtio las ganancias de su primer proyecto en el segundo. Y, cuando estaba casi terminado, se le acabo el dinero. Banco tras banco, le negaron un prestamo hasta que, al llamar a la puerta del decimo, obtuvo el credito que acabo salvando el proyecto. La pelicula en cuestion se titulaba La guerra de las galaxias. La insistencia de George Lucas en no renunciar, pese a las dificultades financieras, al control creativo de su proyecto refleja una integridad extraordinaria que, como todo el mundo sabe, acabo demostrando ser una empresa sumamente lucrativa. Pero la suya no fue una decision motivada por la busqueda de dinero porque, por aquel entonces, los"