Los sesenta y setenta fueron, en retrospectiva, una epoca fabulosa para ser delincuente callejero en la mayor parte de las ciudades norteamericanas. Las probabilidades de recibir un castigo eran tan bajas --fue la epoca de auge de un sistema judicial liberal y el movimiento a favor de los derechos del delincuente-- que cometer un delito sencillamente no resultaba dificil.