En el fondo de su corazon, no obstante, esperaba que sucediera algo. Como los marineros naufragos, contemplaba con ojos desesperados la soledad de su vida, buscaba a lo lejos alguna vela blanca entre las brumas del horizonte. No sabia cual seria aquel azar, que viento lo llevaria hasta ella, hacia que orilla la conduciria, si seria una chalupa o un navio de tres puentes cargado de angustias o colmado de felicidad hasta las portillas. Pero todas las mananas, al despertarse, tenia la esperanza de que llegase aquel dia, y escuchaba todos los ruidos, se ponia de pie sobresaltada, se asombraba de que no llegase; luego, al ponerse el sol, cada vez mas triste, deseaba que llegase la manana siguiente.