Sin embargo, antes de llegar al verso final ya habia comprendido que no saldria jamas de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos ( o los espejismos) seria arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonio acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien anos de soledad no tenian una segunda oportunidad sobre la tierra.