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Aquella noche tuve un sueno agitado. Al despertarme casi me asuste, en la madrugada, no recorde inmediatamente los hechos del dia anterior y hasta que tuve plena conciencia mire con sorpresa la confusa realidad que me rodeaba. Pues no nos despertamos de golpe, sino en un complejo y paulatino proceso en que vamos reconociendo el mundo originario como quien viene de un larguisimo viaje por continentes lejanos e imprecisos, y en que despues de siglos de existencia oscura hemos perdido la memoria de nuestra existencia anterior, y solo recordamos de ella fragmentos incoherentes. Y despues de un tiempo inconmensurable, la luz del dia empieza tenuemente a iluminar las salidas de aquellos laberintos angustiosos y entonces corremos con ansiedad hacia el mundo diurno. Y llegamos al borde del sueno como naufragos exhaustos que logran alcanzar la playa despues de una larga lucha con la tempestad. Y alli, semiinconsicnetes todavia, pero ya tranquilizandonos poco a poco, empezamos a reconocer con gratitud algunos de los atributos del mundo cotidiano, el tranquilo y confortable universo de la civilizacion.