Cada hora del hombre es un lugar vivo de nuestra existencia que ocurre una sola vez, irremplazable para siempre. Aqui reside la tension de la vida, su grandeza, la posibilidad de que la inasible fugacidad del tiempo se colme de instantes absolutos, de modo que al mirar hacia atras, el largo trayecto se nos aparece como el desgranarse de dias sagrados, inscriptos en tiempos o en epocas diferentes.