Al ofrecerse para ayudar al ciego, el hombre que luego robo el coche no tenia, en aquel preciso momento, ninguna intencion malevola, muy al contrario, lo que hizo no fue mas que obedecer a aquellos sentimientos de generosidad y de altruismo que son, como todo el mundo sabe, dos de las mejores caracteristicas del genero humano, que pueden hallarse, incluso, en delincuentes mas empedernidos que este, un simple ladronzuelo de automoviles sin esperanza de ascenso en su carrera, explotado por los verdaderos amos del negocio, que son los que se aprovechan de las necesidades de quien es pobre. A fin de cuentas, no es tan grande la diferencia entre ayudar a un ciego para robarle luego y cuidar a un viejo caduco y baboso con el ojo puesto en la herencia.