-Es el caso - replico Sancho-, que como vuestra merced mejor sabe, todos estamos sujetos a la muerte, y que hoy somos y manana no, y que tan presto se va el cordero como el carnero, y que nadie puede prometerse en este mundo mas horas de vida de las que Dios quisiere darle; porque la muerte es sorda, y cuando llega a llamar a las puertas de nuestra vida, siempre va de priesa y no la haran detener ni ruegos, ni fuerzas, ni cetros, ni mitras, segun es publica voz y fama, y segun nos lo dicen por esos pulpitos.