Site uses cookies to provide basic functionality.

OK
Ella dormiria, dice el actor. Pareceria hacerlo, dormir. Esta en el centro de la habitacion vacia, sobre sabanas blancas extendidas en el mismo suelo. El esta sentado junto a ella. La mira intermitentemente. Tampoco hay sillas en esta habitacion. Sin duda el ha traido las sabanas y luego, acto seguido, una a una, puerta tras puerta, ha cerrado las demas habitaciones de la casa. Esta habitacion da al mar y a la playa. No hay jardin. Ha dejado ahi la arana de luz amarilla. Sin duda no sabe exactamente el porque de lo que ha hecho con las sabanas, las puertas, la luz. Ella duerme. El no la conoce. Mira el sueno, las manos abiertas, el rostro todavia extrano. Los senos, la belleza, los ojos cerrados.Si hubiera dejado abiertas las puertas de las demas habitaciones, ella habria, sin duda, ido a ver. Es lo que el ha debido de pensar. El mira las piernas que descansan, lisas como los brazos, los senos. La respiracion es igualmente clara, prolongada. Y bajo la piel de sus sienes, sosegadamente, el flujo de la sangre que late, aminorado por el sueno. Exceptuada esta luz central de color amarillo que cae de la arana, la estancia esta oscura, es redonda, se dirigia, cerrada, sin fisura alguna entorno al cuerpo.