Elle Wiesel, premio Nobel, habia vivido solo para Dios durante su infancia en Hungria; su vida habia estado configurada por el Talmud y esperaba ser iniciado un dia en los misterios de la cabala. Cuando era nino lo llevaron a Auschwitz y, despues, a Buchenwald. Durante su primera noche en el campo de concentracion, al ver el humo negro que subia en espiral hacia el cielo desde el horno crematorio donde iban a meter los cuerpos de su madre y de su hermana, experimento que las llamas habian consumido su fe para siempre. Se encontraba en un mundo que correspondia objetivamente al mundo sin Dios imaginado por Nietzsche. <>[33] Un dia la Gestapo iba a colgar a un nino. Incluso las S. S. estaban preocupadas por la idea de colgar a un nino ante miles de espectadores. El nino --que, como recuerda Wiesel, tenia la cara de un <>--, estaba silencioso, lividamente palido y casi tranquilo al subir a la horca. Detras de Wiesel, uno de los prisioneros pregunto: <>. El nino tardo media hora en morir mientras a los prisioneros se los obligaba a mirarlo de frente. El mismo hombre pregunto de nuevo: <>. Y Wiesel oyo, dentro de si, una voz que respondia: <>.