Y todavia lo remueve a uno por dentro y le empana los ojos ver en las fotos y los viejos documentales de la liberacion de Paris, cuando pasan los carros blindados aliados por las calles, aplaudidos y besados por franceses y francesas, a un monton de fulanos bajitos, morenos y sonrientes, despechugados de uniforme y siempre con un pitillo a medio fumar en la boca, y leer con asombro los nombres que esos tipos indestructibles pintaron sobre el acero para bautizar sus tanques: Guernica, Guadalajara, Brunete, Don Quijote o Espana Cani.