No puedo entender los argumentos antiabortistas que se centran en que la vida es sagrada. Como especie, hemos demostrado hasta la saciedad que no creemos que la vida sea sagrada. La indiferencia con que aceptamos la guerra, las hambrunas, las epidemias, el dolor y la pobreza extrema y cronica, nos muestra que, por mucho que nos enganemos, solo hemos hecho el menor esfuerzo posible para tratar realmente la vida como algo sagrado.