Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judios ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, asi judios como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduria de Dios. 1 CORINTIOS 1.23-24 Lo que Pablo estaba diciendo en 1 Corintios es que el evangelio choca con nuestras emociones, choca con nuestra mentalidad, choca con nuestras relaciones personales. Hace anicos nuestras sensibilidades, nuestro pensamiento racional, nuestra tolerancia. Es dificil de creer. La cruz en si misma proclama el veredicto sobre el hombre caido. La cruz dice que Dios exige la pena de muerte por el pecado, mientras que nos proclama la gloria de la sustitucion. Rescata al que perece. Los que perecen son los condenados, los arruinados, sentenciados, destruidos; son los perdidos, los que estan bajo juicio divino por violaciones interminables de su santa Ley. Si usted y yo no abrazamos al sustituto, sufrimos nosotros mismos esa muerte, y es una muerte que dura para siempre. El mensaje de la cruz no tiene que ver con las necesidades que se sienten. No se trata de que Jesus le ama a usted tanto que quiere contentarle. Se trata de rescatarlo a usted de la condenacion eterna, porque esa es la sentencia que pesa sobre la cabeza de todo ser humano. Asi que el evangelio es una ofensa por cualquier lado que se vea. No hay nada en cuanto a la cruz que encaje comodamente con la forma en que el hombre se ve a si mismo. El evangelio confronta al hombre y lo expone tal cual es. No se fija en el desencanto que siente. No le ofrece ningun alivio de sus luchas como ser humano. Mas bien, va al asunto profundo y eterno del hecho de que esta condenado y desesperadamente necesita que le rescaten. Solo la muerte puede lograr el rescate, pero Dios, en su misericordia, ha provisto un Sustituto.