En esta cultura del cancer de mama que se ha generalizado todo sirve (no a proposito, seguramente) para quitarle hierro a la enfermedad y para normalizarla: quiza el diagnostico sea desastroso, pero puedes comprarte un pin con un angelito de strass rosa e ir a las carreras. Hasta esos constantes testimonios de historias personales y los trucos practicos que a mi me resultaron tan utiles conllevan una aceptacion implicita, tanto de la enfermedad como de los tratamientos toscos y barbaros que se le aplican: al final, una acaba tan ocupada eligiendo el turbante mas bonito, que se le olvida pensar si la quimioterapia realmente le va a hacer efecto.