Una vez hubo truchas en los arroyos de la montana. Podias verlas en la corriente ambarina alli donde los bordes blancos de sus aletas se agitaban suavemente en el agua. Olian a musgo en las manos. Se retorcian, brunidas y musculosas. Es sus lomos habia dibujos vermiformes que eran mapas del mundo en su devenir. Mapas y laberintos. De una cosa que no tenia vuelta atras. Ni posibilidad de arreglo. En las profundas canadas donde vivian todo era mas viejo que el hombre y murmuraba misterio.