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...si antes de cada accion pudiesemos prever todas sus consecuencias, nos pusiesemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, despues, las probables, mas tarde las posibles, luego la imaginables, no llegariamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos. Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los dias del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aqui para poder comprobarlo, para congratularnos o para pedir perdon, hay quien dice que eso es la inmortalidad de la que tanto se habla...