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Las mentes de Alexander y Nadia se expandieron de nuevo y percibieron las conexiones entre los seres, el universo entero entrelazado por corrientes de energia, por una red exquisita, fina como seda, fuerte como acero. Entendieron que nada existe aislado; cada cosa que ocurre, desde un pensamiento hasta un huracan, afecta a lo demas. Sintieron la tierra palpitante y viva, un gran organismo acunando en su regazo la flora y la fauna, los montes, los rios, el viento de las llanuras, la lava de los volcanes las nieves eternas de las mas altas montanas. Y esa madre planeta es parte de otros organismos mayores, unida a los infinitos astros del inmenso firmamento.