Siete vestidos pueden ser toda una vida: el claro de la primera manana, el de regar las hortensias, el de tirar piedras al rio, el de aquella noche que se quemo el mantel de fiesta con un cigarrillo. Ahora, asi apretados, ya no hay fiesta ni hortensias ni rio. Si, Genoveva, hacer un equipaje es como enterrar algo.