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Pero, en general, la humanidad me parecio siempre detestable. No tengo inconvenientes en manifestar que a veces me impedia comer en todo el dia o me impedia pintar durante una semana el haber observado un rasgo; es increible hasta que punto la codicia, la envidia, la petulancia, la groseria, la avidez y, en general, todo ese conjunto de atributos que forman la condicion humana pueden verse en una cara, en una manera de caminar, en una mirada. Me parece natural que despues de un encuentro asi uno no tenga ganas de comer, de pintar, ni aun de vivir.