Poco desviados de alli hicieron alto estos tres carros, y ceso el enfadoso ruido de sus ruedas, y luego se oyo otro, no ruidoXVIII, sino un son de una suave y concertada musica formado, con que Sancho se alegro, y lo tuvo a buena senal, y, asi, dijo a la duquesa, de quien un punto ni un paso se apartaba: --Senora, donde hay musica no puede haber cosa mala44. --Tampoco donde hay luces y claridad --respondio la duquesa. A lo que replico Sancho: --Luz da el fuego, y claridad las hogueras, como lo vemos en las que nos cercan y bien podria ser que nos abrasasen; pero la musica siempre es indicio de regocijos y de fiestas.