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-- Murierase ella en hora buena cuanto quisiera y como quisiera --respondio Sancho--, y dejarame a mi en mi casa, pues ni yo la enamore ni la desdene en mi vida. Yo no se ni puedo pensar como sea que la salud de Altisidora, doncella mas antojadiza que discreta, tenga que ver, como otra vez he dicho, con los martirios de Sancho Panza. Agora si que vengo a conocer clara y distintamente que hay encantadores y encantos en el mundo, de quien Dios me libre, pues yo no me se librar; con todo esto, suplico a vuestra merced me deje dormir y no me pregunte mas, si no quiere que me arroje por una ventana abajo.