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Solo muy de vez en cuando se puede estar seguro de que se va a vivir para siempre jamas, y esa es una de las curiosidades de la vida. A veces sucede cuando uno se levanta al amanecer, ese momento de meliflua solemnidad, y se sale al jardin y se queda uno alli quieto y solo; y se levanta mucho la mirada, mas y mas arriba, y se observa como muda de color el palido cielo azul, sonrojandose, como va sucediendo lo insolito y maravilloso, hasta que el Oriente casi le hace a uno clamar, y el corazon parece que cesara de latir ante la inexplicable, imperturbable majestad del sol naciente. Desde hace miles y miles de anos, esto es lo que acontece cada manana, y es entonces cuando durante un instante se sabe que uno va a vivir siempre. Y tambien se sabe a veces cuando uno esta solo en un bosque, a la hora del crepusculo; y la misteriosa quietud de oro intenso que desciende inclinandose entre las ramas, y bajo ellas, parece que nos dijera muy despacio, una y otra vez, algo que no se termina de entender, por mas que se escuche. Y luego a veces nos lo confirma el inmenso sosiego de la oscuridad azul de la noche, en la que nos aguardan y observan millones de estrellas; y a veces nos lo dice una musica lejana, y otras, esta escrito en unos ojos que nos miran. Y esto mismo le sucedio a Colin cuando, por vez primera, vio y escucho y sintio la primavera entre los muros de un jardin oculto.