Por encima de todo, la ladrona de libros ansiaba volver al sotano a escribir o leer su historia una vez mas. Ahora que lo pienso, sin duda se le veia en la cara. Se moria de ganas de reencontrar esa seguridad, ese hogar, pero era incapaz de moverse. Ademas, el sotano ya no existia. Era parte del paisaje desvastado.