Y, sin poder evitarlo, me eche a reir. Era una risa absurda, sin sentido, y sabia que ella se daba cuenta, porque al momento vi que relajaba un poco los hombros y soltaba un suspiro de alivio. Y entonces ella tambien solto una carcajada que, en realidad, era mitad risa y mitad llanto. O eso me parecio.