!Y como rezaba! !Que mirada de ternera la suya! Los ojos se le iban poniendo cada vez mas vidriosos, y su boca, amargada, se movia sin cesar y sin la menor puntuacion. Asi es como suelen boquear, buscando aire, los peces arrojados a la playa. Sirva esta imagen para ilustrar el descomedimiento con que Mahlke rezaba.