"-- No entiendo eso --replico Sancho--; solo entiendo que, en tanto que duermo, ni tengo temor, ni esperanza, ni trabajo ni gloria; y bien haya el que invento el sueno, capa que cubre todos los humanos pensamientos, manjar que quita la hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frio, frio que templa el ardor, y, finalmente, moneda general con que todas las cosas se compran, balanza y peso que iguala al pastor con el rey y al simple con el discreto. Sola una cosa tiene mala el sueno, segun he oido decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia. -- Nunca te he oido hablar, Sancho --dijo don Quijote--, tan elegantemente como ahora, por donde vengo a conocer ser verdad el refran que tu algunas veces sueles decir: "No con quien naces, sino con quien paces"."