Philip doblo, camino junto al puerto de embarcaciones deportivas; luego atraveso Chrissy Field hasta llegar a la bahia y bordeo la orilla del Pacifico, donde las olas serenas que rompian en la playa y el atemporal aroma salino del mar lo serenaron.Tirito y se abotono la chaqueta. En la menguante luz del dia, el viento frio del Pacifico atravesaba el Golden Gate y pasaba por su lado a toda velocidad, asi como las horas de su vida eternamente pasarian, raudas, sin proporcionarle calor ni placer. El viento presagiaba la escarcha de interminables dias futuros, dias glaciales en los que se levantaria de la cama sin esperanza de que el porvenir le deparara un hogar, amor, contacto de piel, alegria. La mansion de pensamiento puro que habia erigido era helada. Que extrano que no lo hubiera notado antes. Siguio adelante, pero con la tenue certidumbre de que su casa, su vida entera, se habia construido sobre cimientos endebles y falsos