Site uses cookies to provide basic functionality.

OK
Como mucho era el que, con juicio incomprensible para los actores de la humana comedia --por no decir mojiganga de matachines--, manejaba la tramoya, haciendo abrirse malignos escotillones o girar improvisados bofetones, poniendote unas veces en tremendos bretes y sacandote otras de las situaciones mas adversas