Evocaba el sol, la luz blanca que banaba todo el ano las calles de la ciudad y las conservaba tibias, acogedoras, la excitacion de los domingos, los paseos a Eten, la arena amarilla que abrasaba, el purisimo cielo azul. Levantaba la vista: nubes grises por todos partes, ni un punto claro. Regresaba a su casa, caminando despacio, arrastrando los pies como viejo.