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Harleigh, el hijo menor de Willie, decidio que preferia no estar en el libro y debi reescribirlo. Es una lastima, porque es bastante pintoresco y forma parte de esta tribu; excluirlo me parece que es como hacer trampa, pero no tengo derecho a apoderarme de una vida ajena sin permiso. En largas conversaciones pudimos vencer el miedo a expresar lo que sentimos, tanto lo malo como lo bueno; a veces es mas dificil mostrar afecto que rencor. ?Cual es la verdad? Como dice Willie, llega un punto en que hay que olvidarse de la verdad y concentrarse en los hechos. Como narradora, yo digo que hay que olvidarse de los hechos y concentrarse en la verdad. Ahora, que estoy llegando al final, espero que este ejercicio de ordenar los recuerdos sea beneficioso para todos. Y despues, suavemente, las aguas volveran a aquietarse, el fango se asentara en el fondo y quedara la transparencia. A Willie y a mi nos ha mejorado la vida desde los tiempos de las maratones de terapia, los conjuros magicos para pagar las cuentas y la mision de rescatar de si mismos a quienes no deseaban ser rescatados. Por el momento el horizonte parece claro. A menos que suceda un cataclismo, posibilidad que no debe ser descartada, tenemos libertad para disfrutar los anos que nos quedan con la panza al sol.