Y en aquel reducto solitario me ponia a escribir cuentos. Ahora advierto que escribia cada vez que era infeliz, que me sentia solo o desajustado con el mundo en que me habia cado nacer. Y pienso si no sera siempre asi, que el arte de nuestro tiempo, ese arte tenso y desgarrado, nazca invariablemente de nuestro desajusdte, de nuestra ansiedad y nuestro descontento.