?Se da cuenta que incluso la fe es un regalo de Dios para el creyente? No podemos poner la fe al alcance de nuestros propios corazones o atraerla con solo nuestra fuerza de voluntad. Dios es quien abre nuestros corazones para creer. El arrepentimiento es algo que El concede por gracia (Hechos 11.18; 2 Timoteo 2.25). Creo