Ahora ella esta de frente a el. De golpe, Alberto descubre que el rostro tantas veces evocado en el colegio estas ultimas semanas tenia una firmeza que no asoma en el rostro que ve a su lado, el mismo que vio en el cine Metro, o tras esa puerta, cuando se despidieron, un rostro cohibido, unos ojos timidos que se apartan de los suyos y se abren y cierran como tocados por el sol de verano.