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--Estoy muerto de verguenza --me disculpe, por segunda vez--. El llanto y todo eso, quiero decir. --Tu no te diste cuenta, pero Elena tambien derramo unos lagrimones --dijo Simon--. Hasta yo los hubiera acompanado, si no fuera belga. Mis ancestros judios me inclinaban al llanto. Pero, prevalecio el valon. Un belga no cae en emotividades de sudamericanos tropicales. --!Por la nina mala, por esa fantastica mujer! --alzo su copa Elena--. Que vida tan aburrida he tenido yo, santo Dios.