Lo cierto es que al volverse nuestra mente mas estrecha de miras, menos permeable a la novedad, y al glorificar la repeticion, nos estamos empobreciendo. Que impactante descubrir que al llegar a los 40 ya te han banado en bronce y colocado en la repisa de la chimenea, que ya existen instituciones sociales como las emisoras de radio de melodias ya pasadas de moda, cuya mera existencia te confirma que ya no estas donde esta la cultura. Si ahi fuera hay un mundo rico, vibrante, nuevo, no deberia ser solo para que los veinteaneros lo exploren unicamente por el placer de explorarlo. Sea lo que sea lo que nos hace rechazar lo novedoso, creo que tal vez valga la pena luchar un poco, aunque signifique renunciar a Bob Marley de vez en cuando. Pero existe una consecuencia en ultima instancia mas importante de esta cerrazon. Cuando veo a alguno de mis mejores estudiantes excitarse por una causa, cuando los veo dispuestos a irse a la otra punta del planeta para asistir a leprosos en el Congo, o irse a la otra punta de la ciudad para ensenar a leer a algun chaval de barrio, recuerdo: hubo un tiempo en que era mucho mas facil ser asi. Tener una mente abierta es un requisito para tener un corazon abierto.