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Yo voy, lobo estepario, trotando por el mundo de nieve cubierto; del abedul sale un cuervo volando, y no cruzan ni liebres ni corzas el campo desierto. Me enamora una corza ligera, en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso; con mis dientes y zarpas de fiera destrozara su cuerpo sabroso. Y volviera mi afan a mi amada, en sus muslos mordiendo la carne blanquisima y saciando mi sed en su sangre por mi derramada, para aullar luego solo en la noche tristisima. Una liebre bastara tambien a mi anhelo; dulce sabe su carne en la noche callada y oscura. !Ay! ?Por que me abandona en letal desconsuelo de la vida la parte mas noble y mas pura? Vetas grises adquiere mi rabo peludo; voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres; hace tiempo que ya estoy sin hogar y viudo y que troto y que sueno con corzas y liebres que mi triste destino me ahuyenta y espanta. Oigo al aire soplar en la noche de invierno, hundo en nieve mi ardiente garganta, y asi voy llevando mi misera alma al infierno.