Las imagenes no viven. Sin embargo, me parece que teniendo este aparato, conviene inventar otro, que permita averiguar si las imagenes sienten y piensan (o, por lo menos, si tienen los pensamientos y las sensaciones que pasaron por los originales durante la exposicion; es claro que la relacion de sus conciencias (?) con estos pensamientos y sensaciones no podra averiguarse). [...]. Lo pensado y lo sentido en la vida --o en los ratos de exposicion-- sera como un alfabeto, con el cual la imagen seguira comprendiendo todo (como nosotros, con las letras de un alfabeto podemos entender y componer todas las palabras). La vida sera, pues, un deposito de la muerte. Pero aun entonces la imagen no estara viva; objetos esencialmente nuevos no existiran para ella. Conocera todo lo que ha sentido o pensado, o las combinaciones ulteriores de lo que ha sentido o pensado.